martes, 23 de marzo de 2010

Ya me tiene.

Me encuentra mientras paseo feliz por la calle y me da la mano.

Le miro, su cara me suena pero no le reconozco.

Se que me habla, pero no le entiendo.

Le pregunto quién es y ella sólo me sonrie.

Sigue hablandome, pero no le entiendo.

De repente se lo que me está diciendo y me doy cuenta, es tarde: ya me ha engañado, ya soy suya, ahora no se cómo escapar.

Por mucho que me sonría, yo ya no lo hago; por mucho que me mire, yo ya no veo; por mucho que me hable yo ya no escucho.

Ya es feliz, ya me tiene, ya no puedo huir.