Mire a mi al rededor y todo estaba oscuro. Corría y corría buscando un ápice de luz sin saber donde estaba. Todo se movía sin saber porque, el suelo parecía no parar y yo no podía sujetarme. Una de las sacudidas me tiró al suelo y ya no quise levantarme, no quise luchar.
Durante mucho tiempo solo lloraba sin poder moverme. El miedo no me dejaba. Me tumbé en el suelo y durante años, me quedé ahí mirando a esa extraña oscuridad.
Algunos días miraba al vacío y creía que le encontraba. Me frotaba los ojos y ya no estaba. Perdí la ilusión y las ganas.
Una mañana, sin saber porqué abrí los ojos y le ví. No me lo creia. Era la luz que estaba buscando. Me levante sin saber cómo y corrí hacia ella. Quise alcanzarle. Ella me miraba, me hablaba, me sonreía.
La ilusión volvió a aparecer. Las ganas de levantarse hicieron que todo recobrara sentido. Ya no estaba allí, ¡¡volvía a ver!!
De repente me paré. Le observé sin saber que pasaba. Un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo. Ella me toco, yo le abracé y mientras me hablaba me desperté.
Todo había sido un sueño, la luz no estaba, la ilusión se fue apagando, y tú ya no me mirabas.
- Maldita idiota, nunca lo alanzarás -me dije.- Los sueños siempre serán eso, sueños, este sólo era uno más. Uno de esos, que no pasan.
Durante mucho tiempo solo lloraba sin poder moverme. El miedo no me dejaba. Me tumbé en el suelo y durante años, me quedé ahí mirando a esa extraña oscuridad.
Algunos días miraba al vacío y creía que le encontraba. Me frotaba los ojos y ya no estaba. Perdí la ilusión y las ganas.
Una mañana, sin saber porqué abrí los ojos y le ví. No me lo creia. Era la luz que estaba buscando. Me levante sin saber cómo y corrí hacia ella. Quise alcanzarle. Ella me miraba, me hablaba, me sonreía.
La ilusión volvió a aparecer. Las ganas de levantarse hicieron que todo recobrara sentido. Ya no estaba allí, ¡¡volvía a ver!!
De repente me paré. Le observé sin saber que pasaba. Un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo. Ella me toco, yo le abracé y mientras me hablaba me desperté.
Todo había sido un sueño, la luz no estaba, la ilusión se fue apagando, y tú ya no me mirabas.
- Maldita idiota, nunca lo alanzarás -me dije.- Los sueños siempre serán eso, sueños, este sólo era uno más. Uno de esos, que no pasan.