Me encuentra mientras paseo feliz por la calle y me da la mano.
Le miro, su cara me suena pero no le reconozco.
Se que me habla, pero no le entiendo.
Le pregunto quién es y ella sólo me sonrie.
Sigue hablandome, pero no le entiendo.
De repente se lo que me está diciendo y me doy cuenta, es tarde: ya me ha engañado, ya soy suya, ahora no se cómo escapar.
Por mucho que me sonría, yo ya no lo hago; por mucho que me mire, yo ya no veo; por mucho que me hable yo ya no escucho.
Ya es feliz, ya me tiene, ya no puedo huir.
Cambio de régimen
Hace 13 años
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